| 4 min | Joaquín Peralta

A lo largo del mes de septiembre, como viene ocurriendo todos los años, los padres y madres han tenido que enfrentarse al doloroso momento de la reincorporación de sus hijos al ciclo escolar. Por lo tanto, me ha parecido el momento idóneo para comentar los diferentes incentivos fiscales que tienen a su disposición los progenitores de nuestra comunidad.
Castilla y León tiene regulada una deducción por cuidado de hijos menores de 4 años, que se puede aplicar sobre el 100% del gasto de preinscripción, matrícula, alimentación y en guarderías o centros escolares, hasta un límite de 1320 euros. O bien, el 30% de las cantidades satisfechas a una persona empleada de hogar, hasta un límite de 322 euros. Pero, ojo, no debemos olvidar que, en nuestra comunidad, a diferencia de otras, existe la incompatibilidad con la deducción estatal por maternidad de 1000 euros adicionales por gastos de guarderías y centros infantiles. Es decir, que si un contribuyente aplica esa deducción, deberá descontarla de los 1320 euros antes comentados
Ambos programas adolecen, en mi juicio, de las mismas carencias en sus medidas tributarias tales como no incorporar prácticamente ninguna que tenga como finalidad amparar los derechos de los contribuyentes, que no lo olviden, somos todos. Pues bien, aunque serian muchos los puntos que incorporaría, me voy a centrar en cuatro:
La OCU ha concluido, en uno de sus estudios, que durante el mes de septiembre, el gasto de vuelta al cole ronda los 530 euros de media por alumno en la compra de material escolar. Dentro de este apartado, son los libros los que tienen una mayor relevancia, llegando a representar 218 euros, a lo que se suma 106 euros de media en material de papelería y otros 178 euros en uniformidad. Con este dato, no estaría de más mirar hacia otras comunidades autónomas tales como Asturias, Aragón, Islas Baleares, Madrid, Murcia, Valencia, y establecer incentivos fiscales que vayan más allá de los existentes en la actualidad, a modo de deducciones por uniformidad, libros e idiomas, gastos que la inmensa mayoría de los padres tienen que afrontar y que, para nada, son triviales.
Dicho todo esto y para no aburrirles más con deducciones, permítanme un simple pero efectivo consejo a los dirigentes de nuestra comunidad: observen a su alrededor, copien y, al igual que hicieron en su momento con las bonificaciones del 99% en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones para los descendientes, por favor, aplíquense también en esa materia.